
La historia de esta controvertida ley aprobada por la
Unión Europea que otorga
el derecho a las personas a solicitar que se «borren» enlaces que les crean convenientes por su contenido, aludiendo a su privacidad, su desarrollo es complejo y los distintos
capítulos de la historia intrincados.
Así es como llegamos al día de hoy en que
Google dio a conocer a la Unión Europea una carta donde informa el desarrollo de las actividades que realiza para cumplir la ley, pero también dijo que
muchas personas han mentido al ingresar sus datos en el formulario que se llena para pedir retirar los enlaces en cuestión.
Esto resulta muy interesante, así como da pie (de nuevo) a echar un ojo a lo que va sucediendo con la entrada en vigor de este derecho al olvido. Solo de imaginar la cantidad de información y ver el número de solicitudes que ascienden,
al día de hoy, 91.000 presentaciones que solicitan que se eliminen 328.000 enlaces.
El análisis de la información proporcionada por los solicitantes
se hace de forma individual y ya podemos suponer el trabajo que esto requiere. Ahora, ¿Por qué intereses se rellenaría una solicitud falsa? Y es que esto resulta
como querer ordenar el caos, algo así como el segundo principio de la termodinámica que contempla la
irreversibilidad. La información en la red parece resistir los ires y venires de cualquier intervención humana.
Se dio a conocer el día de ayer los países que más solicitudes han presentado, con Francia a la cabeza.
- Francia: 17500 con 58 mil URLs.
- Alemania: 16500 con 57 mil URLs.
- Reino Unido: 12000 con 44 mil URLs.
- España: 8000 con 27 mil URLs.
- Italia: 7500 con 28 mil URLs.
- Holanda: 5500 con 21 mil URLs.
También informó que
de las solicitudes presentadas al 18 de julio ha aprobado 53% de ellas, ha pedido información adicional en
15% de los casos y rechazado el 32%. Algunos casos van de periodistas que solicitan quitar enlaces de trabajos o proyectos para los que ya no están trabajando. Esto me parece muy delicado y complejo de entender. Es como si se quisiera borrar lo que hicimos en el pasado laboral, en este caso, y se quisiera «desaparecer» lo que hicimos para cierta compañía, entonces ¿tendría que destruir también cualquier medio impreso que contenga ese mismo trabajo que pide que no esté indexado en la red? Y de verdad que no pregunto con tufo de sarcasmo es una pregunta real.
Fuente:
Alt1040